lunes, 15 de diciembre de 2014

Alabardas y el Saramago que se reproduce.

  "Dios es el silencio del universo, y el ser humano, el grito que da sentido a ese silencio".
José Saramago

José Saramago
Bien decía Goethe que “Los genios son peligrosos para los talentos jóvenes, pues no hacen más que reproducirlos creyendo reproducirse a sí mismo”. Creo que esa es la razón más lógica para publicar obras póstumas, la otra razón es el maldito dinero.

José Saramago murió de una leucemia crónica. Se auto exilio de Portugal luego de que el gobierno de dicho país vetara la entrega al Premio Literario de Europa por la novela El evangelio según Jesucristo porque ofendía a los cristianos, en la Isla de Lanzarote y en 1998 se convierte en el único escritor en lengua portuguesa ganador del premio Nobel de Literatura.

Luego de su muerte, su viuda Pilar del Rio publicó la primera novela póstuma: Claraboya. La cual fue escrita cuando el escritor tenía 31 años de edad, en 1953 y envió el manuscrito a una editorial que tardo más de cuarenta años en responderle, claro, ya cuando el escritor estaba consagrado. Saramago se negó a publicar esta novela mientras el viviera, y fue su esposa la encargada de romper dicha afrenta y deleitar a los lectores.

Nuevamente su esposa repite esta acción, solo que esta vez la obra está inacabada. Cosa que no deja de darme mil y una vertientes sumamente literarias, como decirlo, parece como un juego de la diosa Fortuna en manos de la viuda del escritor, quien sigue viviendo a través de nosotros por medio de las voces del pasado, de esas voces de las que dejo constancia allá por 1953.

En una novela sobre el mundo literario de Santiago Posteguillo, se relata un capítulo sobre Kafka. En el él escritor es personan non grata para el régimen fascista de los nazis, por lo que la Gestapo buscaba no solo al escritor, sino también cualquier vestigio de su obra para destruirla. Algunos escritos le son dados a un amigo y otros a una amiga, con la promesa de quemarlos y no publicarlos jamás. Sin embargo, el amigo viendo la leña crepitando en la chimenea y cerca, los manuscritos de Kafka, decide darle una hojeada. Lo que sucede es quizá una de esas jugarretas del destino incomprensibles pero sumamente agradecidas, luego de leerlas el amigo de Kafka decide que el mundo necesita conocer dichas obras.

Poco después recibe la visita de una amiga del escritor, quien es perseguida por la Gestapo. Si mal no recuerdo, ambos comienzan hablar sobre dichas obras, y de la casualidad de que ninguno de ellos hubiese destruido los escritos. ¿Sabía acaso Kafka que estos amigos suyos no destruirían sus obras? No lo sé, sin embargo, en el libro de Posteguillo refiere que algunos de sus escritos perecieron, ya sea en las llamas o yacen en alguna colección privada.

Es conocida mi gusto por divagar, y no puedo más que pensar en el alma de los escritores. Siempre he dicho, que la burla osada del escritor suicida es vivir eternamente a través de sus libros. Y no es que sea el caso, pero a veces pareciera que los escritores encontrándose ya en el otro lado y pese a que sus obras son publicadas, ya sea por labor a la comunidad literaria y simple dinero, se aferran y siguen dictando desde donde quiera que estén, el destino de sus obras.

Kafka jamás pensó que sería mundialmente conocido y menos que algunas situaciones pasaran a referirse bajo su apellido. En aras de explicar una acción que a toda vista podría considerarse risoria y surreal, y que es llamada kafkaniana, sin encontrar mejor manera que explicarla.

Y hoy pese a que la novela está incompleta (regresando al inicio de esta entrada) José Saramago se resiste y a través de los años y de su presencia física, regresa.

Pilar del Rio ha publicado la novela Alabardas, una obra inacabada con solo tres capítulos en la que escritor da muestra de su inacabable obra por escribir pese a su avanzada leucemia. En la novela se plantea el conflicto moral de un empleado de una fábrica de armas. En la edición especial de esta obra, se hayan ilustraciones de Günter Grass y notas de trabajo del propio Saramago, en las que el autor plantea el final de la historia narrada. Además de estar complementada por textos del periodista y escritor italiano Roberto Saviano y del poeta y ensayista español Fernando Gómez Aguilera.

La obra no puede más que recordarme a lo sucedido con Kafka y pareciera una obra de meta ficción elaborada por Paul Auster. Pues pareciera romperse la barrera de la ficción y la realidad, ya que las notas del escritor nos convierten en cierto momento en su confidente y pese a eso, las ilustraciones de Günter Grass y los textos complementarios de Saviano y Gómez Aguilera, parecen reafirmar este trabajo único de retroalimentación, lectura y creación mental, del propio lector. Dando paso a que cada lectura de la misma obra sea diferente para dos personas.

Alabardas es una reflexión sobre la violencia y la congruencia del ser humano. El tema no podría estar más vigente. Saramago ya lo hizo en un Ensayo sobre la Ceguera y Las Intermitencias de la Muerte. Vaya broma del destino, mientras Estados Unidos llama al respeto a los Derechos Humanos, apoya al régimen israelí y el ataque constante a palestinos, no solo eso, viola la soberanía de Siria con el pretexto de interrumpir el avance del Estado Islamico, mismo que el creo hace mucho.

Pero no solo es EEUU, cuántas veces hemos visto esta incongruencia en el hablar y en el actuar, digna novela para replantearnos. Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas.

Así que pese a mi habitual desvarío, repito hasta la saciedad la necesidad de regresar a leer a Saramago.

Saramago y Pilar del Río
Como anécdota debo aclarar que la primera novela que leí de él fue la muy conocida Ensayo sobre la Ceguera. La implicación social de un problema lleva a repensarse el actuar de la humanidad misma y de cómo para mantener la supervivencia individual bajo la protección de la supervivencia colectiva, y de cómo el estado y la sociedad misma no escatiman en desterrar a los infectados, me llevo a querer leerla. Pero con el avanzar de las páginas había algo insoportable: la puntuación. Tildé al escritor de un loco, de un idiota y lo deje.

Años después escuche leí la teoría del escritor William S. Burroughs sobre el lenguaje: es un virus. El lenguaje, junto con las normas gramaticales y sintácticas que le caracterizan, son organismos parásitos que han elegido nuestras mentes como hábitat. Para Burroughs, el lenguaje es un virus altamente especializado, porque no solo no es humano... ni siquiera es terrestre:

“El lenguaje es un virus del espacio exterior”.

En el momento de su formulación, esta teoría pudo parecer un delirio paranoico producido por la droga; sin embargo, ahora que hemos dotado de lenguaje a las máquinas, vemos el comportamiento viral del lenguaje en todo su esplendor.
Después de leer esto, y de saber el porqué de cambiar un punto por una coma, pude ver a Saramago como realmente era.

Al final el lenguaje es un sistema inventado por el hombre que sintiéndose dios ha tiranizado y mutilado a su antojo (o así lo cree). Quienes son los pocos escritores que han desafiado a este virus. Pues en palabras de Burroughs, la verdadera revolución no es de índoles social, sino individual, mental. Y deshacerse del virus del lenguaje es el primer paso.
Conectando todo eso, nos lleva a ver la congruencia de Saramago dentro de sus escritos pero también dentro de su manera de escribir.

He ahí que vi diferente a Saramago y lo sigo viendo aun después de muerto, creando una novela inacabada en un ejercicio literario incomparable.

viernes, 21 de noviembre de 2014

México esta despertando

Existe una simbiosis innegable entre el hábitat y su fauna. No es casualidad que mientras la producción de petróleo aumenta, bajen radicalmente los precios de los combustibles fósiles y a su vez exista una tensión internacional entre zonas productoras de petróleo.

La tierra, nuestro único planeta se está convulsionando, parece la evocación de una repetitiva queja, pero no lo es, la temperatura en nuestro planeta aumenta y los cambios climáticos son cada vez más destructivos.

Las acciones del hombre como especie han repercutido severamente en la naturaleza y lentamente, gracias a Gea, nos estamos destruyendo.

Cuando la gente pide un cambio de gobierno se levanta, alza la voz y el estado solo busca acallar esas voces de manera violenta. Pienso en esta simbiosis entre el hábitat y su fauna. Las manifestaciones multitudinarias que se están dando en México, por la desaparición de 43 estudiantes normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos y la muerte de 3 estudiantes de la misma, dos jugadores del grupo Avispones de Chilpancingo y un conductor, no son la enfermedad. No son, como se atreve a decir el Secretario de Economía,  Luis Videgaray “desestabilizadores de la inversión en nuestro país.”

Estas movilizaciones y el descontento es un proceso lógico una reacción de adaptación, el sistema burocrático y la simulación de democracia que ha sido la base del priísmo en nuestro país, se convirtieron desde hace mucho tiempo en una falsa capa en un volcán. Su estabilidad creada valiéndose de la compra de votos, control de Sindicatos, desapariciones forzadas, terrorismo de Estado, criminalización de las protestas, uso de medios de comunicación y cortinas de humo. Han ido condensándose tanto que no han dejado espacio libre para que la presión se libere al contrario. Cada vez más salen a la luz información y datos de colusión entre el crimen organizado y el estado, llámese funcionarios públicos, políticos, ejército y policías de los tres niveles de gobierno. A eso se suman los indignantes salarios de diputados y senadores, moches otorgados y respuesta tardía a casos tan lamentables como lo fue el incendio de la Guardería de ABC.

Y por si no fuera poco ahora la prensa internacional que tanto alababa las reformas neoliberales de Peña Nieto se vuelcan en señalarlo constantemente.

No me gustaría ser desconfiado, pero como dije anteriormente entre el hábitat y su ecosistema existe una simbiosis y nuestra economía como la mundial, se rige de las estratagemas políticas de Estados Unidos. Sin embargo, ya en el pasado EEUU hizo uso de la Operación Cóndor para suprimir gobierno con tintes izquierdistas o como a ellos les encanta llamar: comunistas. No sería extraña entonces la respuesta de la prensa estadounidense y europea, mediáticamente hablando, para generar un ambiente de desestabilización social ahora que la reforma energética fue aprobada y tener injerencia política como lo hizo en Irak y lo está haciendo nuevamente en Medio Oriente. No es algo nuevo, Estados Unidos dio su bendición y apoyo a Victoriano Huerta para que diera un golpe de estado, en lo que se conoce como la Decena Trágica, asesinando al presidente en turno Francisco I. Madero.

Hoy Barack Obama se encuentra en una posición delicada, la Cámara de Representantes posee una mayoría de republicados, los llamados conservadores, quienes ya advirtieron que no van a dejar que el presidente actué como un tirano desoyendo las resoluciones de la cámara. Se sabe que los republicanos estaban en contra del Obama Care, y que apoyan las incursiones militares. Por lo que debido a las tensiones con Rusia por el control de Ucrania, la guerra deleznable llevada a cabo en África para detener las inversiones chinas y el creciente número de presidentes de izquierda que imperan en el continente americano. Parecen atenuar o ser una simple replica de lo que sucede en nuestro país.

Primavera de Praga
Si recuerdan, en la década de los 70 se vivía una situación similar a la que ahora se vive, en medio de la Guerra Fría. Las manifestaciones estudiantiles iniciaron con el llamado Mayo Rojo en Francia, donde los estudiantes evidenciaban el autoritarismo de Charles de Gaulle. No solo eran manifestaciones en contra de la derecha ya que también se estaban poniendo en duda las practicas soviéticas y de Mao Tse Tung. En Praga se llevo a cabo la Primavera  de Praga, que pedía una izquierda socialista más humana. En Estados Unidos se daban enormes marchas en contra de la guerra de Vietman y en nuestro país se llevaba a cabo la ignominiosa Matanza en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco a manos del ejército por órdenes de Díaz Ordaz.

Propragan de la Revolución Cultural en China

Ahora parece que 40 años después, los estudiantes nuevamente vuelven a poner en duda el anquilosado sistema capitalista que únicamente ha enriquecido a un ínfimo porcentaje de la población y en contraparte generando un nuevo sistema de esclavitud mediante el outsourcing, el endeudamiento con la banca y un aumento en el consumo de alimentos procesados.

El ecosistema esta colapsando y con él, el viejo sistema que como garrapata ha explotado sus recursos indiscriminadamente. Hoy pareciera que la naturaleza misma se valiera de su más grande plaga: el ser humano para auto regularse.

Hoy que veo las enormes fumarolas del volcán de Colima, pienso en que todas estas cuestiones que suceden en nuestra país no son más que una analogía natural. La cúpula de la curía ha ido demasiado lejos y como las entrañas de un volcán, el pueblo se une en para romper ese domo que ha impedido nuestro crecimiento como pueblo. Pero como en una erupción, el tiempo que viene no es calma, por el contrario, el ambiente se llenará de ceniza, magma y un fuego ardiente que clama: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Pero dentro de la sabiduría de la naturaleza misma, serán los restos de sí misma, la madre tierra, la tierra más fértil para el fruto. Porque el grito resuena como eco “Fue el Estado” pero hoy somos el pueblo él que está dispuesto a modificar nuestro entorno a responder como agente protector de nuestro hábitat para eliminar a esos parásitos y reiniciar esa comunión simbiótica.

Para algunos esto puede ser un sueño utópico inalcanzable, infantil y hasta ingenuo pero quiero que esta utopía sea un camino, no un fin. Ir sobre la marcha pero caminando, México está despertando como van despertando los volcanes.  







  

jueves, 30 de octubre de 2014

México, el nuevo Comala

Los vivos son los que son una vergüenza. ¿No lo crees tú así? Los muertos no le dan guerra a nadie; pero lo que es lo vivos, no encuentran cómo mortificarle la vida a los demás. Si hasta se medio matan por acabar con el corazón del prójimo. Con eso te digo todo. En cambio, a los muertos no hay que aborrecerlos. Son la gran cosa. Son buenos. Los seres más buenos de la tierra
Juan Rulfo

Para los antiguos aztecas la muerte estaba tan ligada a su vida diaria que cuando los españoles llegaron vieron con horror y desagrado una celebración en pos de los muertos y del reino de Mictlán, la inclusión de sacrificios humanos, mutilaciones y una suerte de rituales grotescos —a los ojos de los europeos— como lo eran el amortajamiento del cuerpo, la inclusión de una piedra, preferentemente jade en los nobles, dentro de la boca, la colocación de un jarro con agua en las manos del difunto para el cansancio del peregrinar en el Mictlán, la quema de sus vestiduras y pertenencias para poder soportar el frío del inframundo, y posteriormente del cadáver mismo. Las cenizas eran enterradas posteriormente en una esquina de la casa, antes siendo rociadas con agua o en un lugar sagrado. Y sin duda no faltaba el perro que acompañaba en el viaje al fallecido. Otro era el destino para los que estaban destinados a Tlalocán, el paraíso de agua de Tlalóc.

Los españoles nunca dejaron de ver con horror estos actos, que para los aztecas y las culturas prehispánicas eran una reflexión sobre la vida. Para ellos la muerte era la otra parte de la moneda, una complementación de la existencia aceptada sin reniego, visto sea que los sacrificados eran considerados encarnaciones de los dioses y tratados como tales.

Y el lugar reverenciado era el de acompañar el transcurso del Sol. Los guerreros muertos en batalla acompañaban al astro del amanecer al mediodía mientras que las mujeres muertas en parto, consideradas guerreras por haber perecido entre la batalla de dar vida, acompañaban al sol del mediodía al atardecer. Los hombres luego de cuatro años de acompañar el recorrido de la estrella máxima, reencarnaban en aves de preciosos plumajes retornando al mundo carnal.

Por la importancia en cada uno de los rituales, es que los mexicanos aun celebran a sus muertos con tanta profusión. Llenando los lugares con el aroma del copal y el rastro del perfume delicado del cempasúchil, naranjado, reflejo del sol y recuerdo de Quetzalcoatl.

Hoy sin duda alguna, no solo por la fecha sino por la más reciente oleada de violencia que se registra en el país, es la muerte una reflexión más cercana y cruda de la vida. Extraña aún que cierta parte de la sociedad se exima de dicho pensamiento, más bien —quiero creer— del pensamiento judeocristiano adoptado por la mayoría de la población de una vida después de la muerte. Y no lo digo porque no exista o exista, cada quien tiene su creencia. Sino porque para algunos, la muerte carece de reflexión alguna, como lo carece la vida misma.

Sin duda alguna la muerte es una cosa que ha estado presente desde el principio de nuestra humanidad. Desde los antiguos cazadores homínidos, a parte del hambre ha sido la muerte una preocupación que hemos compartido ancestralmente. Aún hoy después de tanto tiempo este pensamiento no ha cambiado, solo se ha convertido en un tema tabú.

Generaciones anteriores los hombres eran testigos de las  calles de Roma, la ciudad de Tenochtitlán o durante la Francia en la época de Jean Paul Marat y Robiesperre de muertos. Apuñalados, asesinados a palos, ahorcamientos públicos, aguillotinados. Hombres y mujeres, hasta niños tenían una cercanía con la muerte, eran más conscientes de ella. No sé si los hacía más reflexivos o no, pero sin duda tener una experiencia de este tipo activa una serie de planteamientos existenciales en cada ser humano. En pocas palabras, nos hace conscientes de que somos y de una verdad ineludible. Todos morimos.

Hoy por hoy, México no debería estar de fiesta. Hoy por las personas parece que realizan las acostumbradas ofrendas o manjares para ellos mismos en el futuro, la violencia en el país va in crescendo. (Por eso aun no entiendo a los que no se dan cuenta). Las televisoras de siempre tratan aun burdamente de modificar la percepción de lo que está pasando, repitiendo una y otra vez que se está haciendo algo. Pero la gente que lo vive, que se le desaparecen sus hij@s y los encuentran después asesinados, en fosas o ni siquiera los encuentra, no se traga dichas mentiras. La manera más fácil de desacreditar sus exigencias es sin duda, criminalizar a los afectados, ya se ha visto antes. Se ha criminalizado a los estudiantes, a los maestros, a los electricistas, en este país se ha criminalizado a los inconformes y desde el punto de vista más básico y elemental, es irracional. Y más irracional es oír a la misma población justificar la muerte de un sector o persona argumentando que “ellos se lo buscaron”.

Hoy es la población de Guerrero, Oaxaca y Michoacán principalmente, la que como en el pasado tiene esa reflexión sobre la vida a través de sus muertos, muertos tan cercanos y tan propios que han dado pie a que la mayoría de la población ya no solo de México sino del mundo entero se solidarice. Porque bien podría ser un hijo, un hermano, un padre pero fuera de que eso sea eso, es importante porque es un ser humano. Abajo y fuera quedan las peroratas de los que se hacen llamar sensatos, que llaman a la cordura, al orden, al respeto de las leyes. La muerte y desaparición de personas esta fuera ya de la aplicación de las leyes de esta nación, tomando en cuenta que nuestra constitución ya ni siquiera es puta, ella ya no cobra, esta constitución ya no sirve. Como todos los mexicanos está muerta.

El país cada vez más deja de pertenecerle a los vivos. Hay una pequeña fracción que se resiste, que hace gritar su voz, que hasta busca maneras institucionales y pacíficas para llevar a cabo sus molestias. Pero la otra parte está bien muerta, repitiendo lo que dicen las televisoras y aceptando los atinados y sumamente inteligentes planteamientos de reconocidos periodistas dígase un Zabludovsky, perdón Doriga o un Loret de la Torre, el nombre no importa son los mismos (es sarcasmo por si no es claro). Y si uno se pone a pensarlo siempre ha sido así, hay más muertos que vivos desde hace mucho tiempo. Solo que hoy, los muertos están cada vez más frescos, jóvenes y vivos.

43 es un número que no se olvidará nunca, encuentren o no a los normalistas de Ayotzinapa. Su desaparición ha matado a una parte de sus padres y familiares y también a matado y transgredido a la humanidad misma. Hoy no puedo ver con los mismos ojos las ofrendas y el día de muertos. No voy y no debería festejarse dicha fecha. Mas parece una broma cruel el hallazgo de personas quemadas o ahogadas, recurriendo a la memoria de las prácticas aztecas. No es necesario hacer ritual alguno camino al Mictlán, Tlalocán, Hades o al infierno cristiano. Como lo retrata el director Luis Estrada en su película del mismo nombre Infierno, “Es esta vida y no chingaderas, es el cabrón infierno.” No solo él lo vio así, Juan Rulfo retrato magistralmente el abandono de los pueblos indígenas en el país en su famoso Pedro Páramo. Un lugar límbico en donde la línea entre la muerte y la vida parece no existir y sus difuntos y vivos conviven de manera normal, podridos en la miseria, el hambre y el abandono. Mas parece una predicción, un reflejo o una obra de ciencia ficción esta lectura. El país bien podría dejar de llamarse Estados Unidos Mexicanos (México para el mundo) y pasar a nombrarse Comala.

Porque en cada estado pareciera que viviéramos sobre una gran edificación a Mictlantecihuatl y su esposo, Mictlantecuhtli, los señores de la muerte. Por todos lados hay fosas repletas de desaparecidos, ya no digamos de la guerra declarada contra el narco, sino también de la Guerra Sucia llevada a cabo por el PRI por más de 70 años.

Por eso digo que hoy el país pertenece a los muertos. Mientras los políticos (de todos los partidos) con sus ya conocidos nexos con el narcotráfico, evocan al rey Próspero del relato de Poe. Se han mantenido en un hermetismo en donde se tapan unos y otros sus porquerías y colusiones, mientras con el erario presentan —mediante los medios de comunicación y la foto— el gran montaje, la gran fiesta a puerta cerrada, todos cobijados bajo la mascarada y el antifaz. Creyendo que la Muerte Roja se encuentra allá fuera, lejos de ellos. Pero como en el cuento de Poe, van a llorar sangre cuando se den cuenta de que ya la tienen bailando dentro de su gran fiesta. A la gran canija, la más cabrona, la temida y curiosamente la más democrática: la muerte.





lunes, 27 de octubre de 2014

Anhedonia

¡Hay que quemar los barcos!- gritaron.

A lo lejos los navíos parecían una somnolienta y burda construcción de madera, tratando de dominarse entre las violentas olas. Los amarres se retorcían como si fueran serpientes, mientras las velas, como inspiradas por la voz que clamaba fuego, se incendiaban lentamente.
En el puerto los cañones disparaban, dejando tras la boca del hierro una nube de pólvora.

Las casas aledañas ardían también lentamente, la flamígera bestia con escamas de color rojizo se deslizaba rápidamente, alimentándose más y más. Tratando de saciar esa hambre que nunca muere, el fuego se abalanzaba por todas partes.

Quemen los libros- dijeron. Pero no había necesidad siquiera de decirlo. Los libros ardían ya a las afueras de las viviendas creando una pira funeraria de letras que se consumían. Mientras miles de personas corrían despavoridas por los angostos pasillos de la biblioteca de Alejandría.

El fuego cobraba cada vez más fuerza, deleitaba en un fugaz mordisco todo lo que tocaba y en su boca caía rendido. Por las calles de Roma alguien gritaba -¡Malditos cristianos! Nerón abría las puertas de sus jardines para dejar entrar a los ciudadanos y así guarecerlos del caos reinante en la capital del mundo.

Para ser testigo de todo esto, uno tendría que detener por un momento su respiración y adentrarse en reinos oníricos, cerca del umbral del sueño y la muerte. Y aun así, se podría pensar que esto no sucedía y  en realidad, quizás no ocurría nada en absoluto. Tal vez era  lo más cercano, la sensación más próxima de un joven suicida. En su cabeza, muy por dentro, alguien únicamente gritando. Un fuego solitario que se expande por los lóbulos cerebrales, achicharrando la razón, la lógica, la sanidad de la sique.

Los oídos del demente se embriagan con las notas proferidas por su imaginación. Era Mozart, siempre era Mozart: Requiem, Deis Irae o Rex Tremendae. Sin saberlo quizás, el suicida evocaba lo más representativo del acto venidero.

Mozart nunca termino de escribir el réquiem y por su parte el suicidio parece en si un detenimiento abrupto de la vida, una obra inacabada que se tira al destino de quien la adopta.
El acto más valiente ante el temor más temido, temor que se destruye pensando que con la muerte, en un abrazo que se suelda para siempre; la paz por fin vendrá.

El suicida es el ser mas atacado. Para la sociedad el suicida es un ser débil, un enclenque, un pusilánime ser rastrero que se mueve por la vida con una piel de “lastimosidad”. Con una quejumbre que cansa a quien lo escucha y una mirada envejecida que incomoda a quien lo ama.

Ese que ansía la muerte por mas que le tema (si, porque le teme). Le teme como cualquier otro. Le aterra más que nada el corte abrupto de la continuidad, del disfrute de la vida, de los planes. Planes que se han interrumpido millones de veces. Teme a despertar cada día con esa fe famélica que le aprieta la garganta y se enrosca hasta su espalda.

Al final el suicida es un enfermo sin cura. No existe un amor que le sonría, un vaso de agua que le calme esa sed de vida. Él es como un ermitaño que camina por el desierto y que por las noches llora una soledad que no se quita. Que se cansa de sus caminatas por mares secos y que cuando quiere correr, ya no tiene ganas para el siguiente respiro.

Hay diferentes tipos de suicidas como en todos lados. Bien es sabida la afición del hombre por etiquetar y poner en pequeños frascos las cosas, para después analizarlas detenidamente.

Están los suicidas que han abandonado toda esperanza, los que han perdido algo que “pensaban” era muy parte suyo (dentro de estos) los que han perdido la cordura, la fe, una pierna, el ojo izquierdo, el zapato de ocho mil pesos, el amor que no regresa.

Hay suicidas patológicos, obligados a pensar de esta manera por procesos químicos cerebrales a los cuales están ajenos. Están también los “Inmortales”, esos que han intentado matarse más de 10 veces y lamentablemente, no han muerto, y mejor abandonan su tarea. Están también los que olvidan, olvidan que existe una muerte y una vida y actúan sin temor a ninguna. Beben litro tras litro de whisky como para evaporar el mar de tristeza que los tiene a la deriva. En lugar de aire inhalan opio y tabacos rancios, duermen en el día hasta quedarse pálidos y por las noches salen como gatos, caminando a tientas por calles solitarias y cielos nublados. Olvidan que están vivos, no recuerdan lo que es la vida y así la despedazan con el pasar de las horas.

Los he visto de todo tipo, a veces he querido hablar con ellos, tratar de ayudarlos, de entenderlos. Pero no es necesario, yo los entiendo, no necesito escucharlos y a algunos ni siquiera se les puede ayudar. Lo que sí, es que al verlos caminar por el borde de la estación de los trenes, al mirar sus cuerpos en altos edificios o sostenidos del barandal de un puente, me invaden las ganas de abrazarlos, de apretarlos fuertemente a esta vida y limpiarles el alma para introducirles un caramelo verde en su corazón, vaya estupidez, pues jamás he movido un dedo. La mayoría de aquellos desgraciados aparecen al día siguiente en la portada de los periódicos alarmistas, cuerpos con sus caras hinchadas, los ojos salidos, con el rostro irreconocible. Veo las fotos detenidamente, siento esa libertad que sudan sus cuerpos inertes y curiosamente hasta puedo verlos sonreír, una lágrima recorre mi mejilla y también sonrió.

Sonrío porque ellos se han ido, porque descansan lejos de este mundo de materia. Los pienso jugando y gritando, corriendo por campos verdes, arrojándose flores los unos a los otros, mientras otros vuelan y caen en picada en un lago. Otros reman en pequeñas canoas y son salpicados con el rocío que provocan los clavadistas.

Estas sonrisas reconfortan, son un breve respiro.

Yo fui un suicida, lo soy quizás en forma todavía. Soy de aquellos que llaman “inmortales”, lo intente más de diez veces y “aquí sigo”. Quizás, más que nada, porque siendo un suicida se está ya muerto, se “vive” adentro de un caparazón de carne y huesos, un caparazón que queda grande y pesa. El suicida es un ser herido, de un dolor que parece no irse jamás, un dolor asfixiante. El suicida piensa en la muerte y la ve como la solución definitiva a ese dolor que se ha enraizado, el suicida no busca la muerte pero la escoge como ultima amante.

Inmortal, si .Sin embargo, no he salido de esas sensaciones destructivas. No he dejado de ver en los techos largas sogas con cuerpos meciéndose, de escuchar el barril de un revolver girar y girar, de ver quemarse mis libros en la esquina del cuarto y escuchar un grito. Un grito que ordena quemar el resto de todos los barcos. Un grito innecesario, ante el fuego que es la locura, que incendia todo sin miramientos.

Hoy antes de dormir me pregunte, si realmente el suicida anhela y le teme tanto a la muerte. Vino a mí este razonamiento, pues lo que uno anhela y desea, o se tiene en mesurada cantidad o no se tiene. Pero ¿es realmente vida, la que  lleva un ser deprimido? Soportando los innumerables suspiros, dar incontables vueltas sobre la cama con el  insomnio a rastras, fingir sonreír por la obligación de no cansar a quien lo mira.

¡Quemad los barcos!- gritan desde el interior de mi cabeza. Yo ni siquiera tengo puerto, mucho menos barcos. Al carajo- digo en voz alta. Manden a suicidar a su madre con todo y sus barcos, libros y demás piltrafas y piratas. Yo ahora soy un inmortal que esta muerto.








viernes, 24 de octubre de 2014

Sobre el dogma del trabajo

Trabajad, trabajad, proletarios, para aumentar la fortuna social y vuestras miserias
individuales; trabajad, trabajad para que, haciéndoos cada vez más pobres, tengáis más
razón de trabajar y de ser miserables. Tal es la ley inexorable de la producción
capitalista.
Paul Lafargue

Se ha dicho mucho sobre el siglo XXI, sobre sus avances tecnológicos, sus grandes pasos en cuanto a comunicación, redes sociales, acceso a la información, medios y procesos médicos avanzados que parecen milagrosos. ¡Ay! Han de decir del hombre que parece se emparenta cada vez más con esas deidades a las que sigue alabando. Pero el hombre no ha cambiado en mucho, o en nada, más si recurro a compararlo con deidades que siguen adorando.

Yo sigo viendo los mismos problemas de 1800 sobre el trabajo. Y peor aún, hay leyes que protegen a los explotadores que ahora solo son llamados empresarios y los esclavos que pasaron a ser obreros ahora son empleados temporales o subcontratados ¿Qué diferencia existe entonces?

De que le sirve al hombre todas esas ventajas sobre la tecnología que ha adquirido y desarrollado, si simple y llanamente seguimos sin ser tratados como seres humanos. Ya no por terceros sino por nosotros mismos. A qué sistema tan podrido y circular nos hemos entregado para matarnos 10 horas diarias trabajando para consumir lo que no necesitamos y enfermarnos de algo que nos seguirá reduciendo ingresos… “ingresos”.

Lo único que somos es esclavos, esa es la palabra. Esclavos de una clase dominante que no necesariamente se llama burguesía. Estamos podridos hasta el tuétano cuando se ve como una virtud el ser una persona “trabajadora”. Como si el trabajo glorificara y peor aún, justificara nuestra existencia. Ese es el pensar de los explotadores, de los autómatas. Que nacimos para trabajar, sino para que. Mas cuando nos regodeamos dentro de los enceres del capitalismo con sumo orgullo. Puesto que a mayor nivel adquisitivo mayor valor personal. Por eso digo, que ya ni siquiera es necesario que una persona no nos vea como seres humanos cuando nosotros mismos ya no percibimos que es ser uno.

Y ahora resulta que el ocio, el fruto del pensar —porque es en el ocio cuando el hombre piensa— es un delito social. El ocioso se tiene hoy por un parásito de la comunidad. Cuando es la comunidad misma la que está podrida, alabando al Dios Todoasqueroso y explotador del progreso: el Trabajo.

Cherbuliez, lo dice claro: “Los trabajadores, al cooperar con la acumulación de capitales productivos, contribuyen por sí mismos al acontecimiento que, tarde o temprano, deberá privarles de una parte de sus salarios.”

Hoy por hoy cada trabajador le es robado parte del dinero que produce. Y bueno, producir es una palabra para referirse a esto, ya que las ganancias netas percibidas por la mano del trabajador son superiores al mísero salario recibido al cual aun se le restan de él, prestaciones que debieran ser absorbidas por el empleador. Parecería una simple cantidad, una minúscula porción, pero es ese dinero descontado para pagar impuestos como el ISR (Impuesto sobre la renta), el Seguro Social (que de social solo tiene la carencia de humanidad de la sociedad misma) y las Afores, aportaciones al gobierno que termina convirtiendo en capital revolvente para generar ganancias en base a la especulación financiera. Pero que se nos vende por beneficio propio, realmente ¿es un beneficio propio?

Hemos alimentado un sistema anquilosado ya no solo desde el punto de vista económico, como es el capitalismo sino  podrido también desde el lado humanista. Estas simples tácticas dentro del ambiente laboral son solo el preámbulo de prácticas que rayan en la esclavitud y que pareciera a veces —si es que nos las otorgasen— fuesen un favor. Existe ahora dentro de las empresas una obsesión con la exactitud dentro de la que se engloba el tiempo. Aun si un trabajador laborara una jornada de 10 horas pero hubiese llegado 15 minutos tarde a su jornada se le descontara dicho retraso. Cuando en relación a su producción el descuento no es acorde. Aunado a eso, el tiempo como dije parece una obsesión pues se les tiene medido el tiempo a los trabajadores para ir al baño… si "ir al baño" y un tiempo delimitado y fijo para comer. Ahora resulta que las necesidades básicas del hombre tienen que adaptarse a las exigencias de una actividad que no respeta lo más esencial, lo humano. Y la cosa se pone peor aun cuando el empleado llega a enfermase, como si de una maquina se tratase (recuerdo supongo de la idea industrial). Ya que no solo existen trabas sino discriminación, vejaciones y atención deplorable en un sistema médico que recibe millones de pesos y que no todos sus acreedores utilizan dicho servicio por su conocido pésimo trato. Y todos estos atropellos por dos míseros salarios mínimos que alcanzan cada vez para menos por los constantes aumentos del precio de la canasta básica y de los combustibles fósiles.

Resulta irrisorio que la Secretaria de Hacienda y Crédito Público culpe a la falta de productividad de los empleados como origen de la pobreza. Según este órgano gubernamental, es por la falta de productividad que uno persona es pobre.

Hoy por hoy, en este alabado siglo XXI los gobiernos mundiales han cedido ante el pensamiento y las practicas de un grupo de explotadores/caciques/señores feudales y peor aún, de un pensamiento monetario y cuantitativo sobre las cosas que atropella sin miramientos los derechos del hombre.

Hoy los humanos debiésemos sentirnos agradecidos de ser empleados por un sistema explotador, de sobre contratación que evade los mínimos derechos del hombre, ya no por lógica sino los burdamente asentados en sus constituciones. Para ser un buen hombre hoy, en esta sociedad, ha de aspirarse a ser un robot autómata, uno que se encuentre conectado al flujo de información publicitaria de consumo y a su vez que suprima sus necesidades básicas en pos de bienes materiales. Y no solo eso, que no se queje de sus privaciones porque ya es considerado ocioso y es ahí donde surge la violencia contra el mismo hombre.

Y como dije desde el principio, es un círculo vicioso que alimenta no solo al sistema económico actual que se basa en el consumo y el endeudamiento, sino ayuda a otros sectores que utilizan este mismo patrón esclavista. Como lo son las áreas de explotación minera, de combustibles fósiles. Que no solo pisotean al hombre como ser pensante sino que destruyen a su vez, al único planeta del cual el humano se siente dueño. No, no solo a ese sistema alimenta. Las grandes corporaciones que no contentas con explotar y hacernos dependientes de su producción, envenenan nuestro cuerpo. ¿Qué alimento que consumimos realmente es completamente natural? ¿Cuáles de los productos no tiene adherido edulcolorantes, glutamato monosódico, y cantidades exorbitantes de azucares refinadas? Todo esto termina en traducirse a enfermedades cardíacas, una epidemia creciente de diabetes, obesidad y con ella sus innumerables padecimientos. Todo esto suena como un sueño conspiratorio mas, pero piensa detenidamente solo esto:

-Realmente necesitas todo lo que compras.
-Crees que tu trabajo define tu personalidad.
-Crees que eres tu trabajo.
-Te queda tiempo para realizar actividades o tener tiempo de calidad con tu familia, después del trabajo.
-Hay algo sano natural dentro de lo que consumes.
-Que es lo que mayormente se exhibe en la televisión.
-Si no existiera el trabajo o no pudieras trabajar, pregúntate cual es el sentido de vivir.
-¿Eres un ser humano?
-¿Qué es un ser humano?

El siglo XXI ha traído consigo sus mejoras pero también ha expuesto la verdadera cara de la sociedad. Hoy es más fácil ver a gente opinando y publicando estados y opiniones. Con este simple detalle es visible el grado inexistente de pensamiento de cada individuo y su nulo uso de la gramática.

El trabajo no solo ha arrebatado el ocio y el pensamiento crítico. Nos ha vuelto zombies retrogradas, analfabetas funcionales. Que bien pueden sentirse orgullosos por ser el empleado más puntual, pueden adquirir el último celular o tablet del mercado, llenar el refrigerador de alimentos chatarra. Pero que sin embargo carecen de discernir entre la palabra “ves y vez”.

Pocos son los hombres con una consciencia real en lugar del egoísmo consumista instalado por el capitalismo. Y aun hoy se preguntan por qué tanta violencia y miseria, cuando es el hombre mismo el que “trabaja” sin descanso por su “bienestar” sin importar los costes y repercusiones de los demás. El hombre siempre será lobo para el hombre, como lo dijo Plauto. “Lupus est homo homini”.  





jueves, 7 de agosto de 2014

WatchDogs (En México)

Era de pensar que algo así sucediera. Yo simplemente lo veía venir.


Verán luego de traumarme literalmente con la saga de Assasin's Creed (ya que junta lo que más amo videojuegos+historia). Supe que la brecha entre la realidad y la ficción, como mi teoría lo comprueba: no existe. La realidad es percepción y los descendientes del gran Hassan Al-Sabah (lider de la secta de los asesinos, los hassasins) se mueven entre nosotros. CREANLO PERROS.

Ya había allá afuera (aunque sea en el mundo digital) un descendiente de Francis Drake (pirata para algunos, héroe para los ingleses) Nathan Drake del juego Uncharted. Un presidente mexicano llamado Peña Nieto como avatar de la unión de toda la estupidez existente. Una Cámara de Diputados como homologación de la corte de Luis XVI y sus estúpidos excesos, ya saben haciendo nada, comiendo como animales y vomitando para seguir comiendo, robarnos dinero y orearse los pies después de largas horas de trabajo. Hasta un tal "Peje" siendo una nueva reencarnación de alguna deidad prehispánica o del mismo Kristo, no lo sé (ya todo es posible). Así que era cuestión de días, horas, minutos de que algo así sucediera.


Pero ustedes se estarán preguntado, de que putas madres hablo. Como de quien, de Aiden Pierce. Los snobs que no saben de que hablo asbténganse de leer, quizás no entiendan nada (naaa mentira, les explicare). Si sabes que es Watch Dogs no leas lo siguiente.


Durante el E3 (Electronic Entertainment Expo) del 2012 que se lleva en San Diego, California; la exposición más esperada del mundo gamer. Se mostró por primera vez Watch Dogs, un juego que mostraba la violenta revolución visual que se venía en las consolas de la nueva generación Xbox One y PS4.

No los aburrire, Watch Dogs creado por Ubisosft, estudio frances. Esta nueva IP se convirtió en el primer juego en crear una impresionante ganancia en la preventa, durante su primera semana ya tenía vendidas 4 millones de putas copias y hasta la fecha ya tiene vendidas 8 millones WTF!!!

¿De que va Watch Dogs y porque mamadas digo que Aiden Pierce esta aquí?
Aqui nuestro buen Aiden Pierce
Bueno hijos os lo explicare. Aiden Pierce (protagonista de Watch Dogs) es un hacker pero más que eso es un pinchi vigilante de la ciudad de Chicago. En el juego, estamos en un futuro no muy distante en donde todo esta conectado por un sistema llamado el ctOS. El ctOS (Sistema Operativo Central)es un software de ordenador que controla la red de una ciudad con información completa, incluyendo todos los datos personales. 


Una ciudad ctOS no solo almacena y registra cada momento de la vida digital de los ciudadanos, sino también las piezas junto a la forma en que piensan y lo que creen. Es controlado por empresas privadas que utilizan el software para beneficio propio, y puede utilizar la información recopilada sobre las personas para vender productos e influir en las visiones del mundo.


¿Les suena? Pues claro, ni siquiera suena a tanta ficción. Bien sabemos que en nuestros días nuestra información almacenada es usada por terceros por lucro. Ya saben, que para venderte cosas, o para avisarle falsamente que los Templarios te secuestraron (hablo de los narcos, no los de Assasin's Creed :P ). Al final esta información es una puerta a ti, a todos nosotros y por lo tanto el juego llamo mucho la atención.
Marca de The Fox (hermosa)
Aiden Pierce se ve involucrado en una trama oscura y truculenta, luego de que al tratar de asesinarlo mientras iba conduciendo, sufre un accidente automovilistico y su sobrina muere. Lo cual lo motiva a descubrir quien quizo matarlo y porque. Aiden Pierce es conocido como The Fox, y con su celular tiene acceso al ctOS lo cual a su vez le da acceso a la ciudad entera. Y digo un buen celular, no esas mierda de Iphone :)
El caso es que con el acceso al ctOS uno puede intervenir las llamadas telefónicas, leer mensajes de texto, hackear cuentas de banco, interferir comunicaciones, desbloquear accesos de seguridad, sobrecargar una tubería, activar puentes, hacer que avance un tren, abrir un carro, acceso a cualquier cámara, cambiar el color de los semáforos. Coño puedes hacer lo que se te de la puta gana. Eres un diosesillo ahi colandosé en la ciudad de Chicago y creando caos. Si hijos C-A-O-S.

Si sabes que es Watch Dogs lee apartir de aqui, aunque se que eres necio y leíste todo. Si has hecho eso, me agradas (mentira jajaja).

¬¬ Bueno ahora que he explicado que es Watch Dogs seguire con mi teoría, afirmación, prueba, su pinche madre, aunque ahora haya perdido la emoción que me causo ver la noticia:

Estalla tubería de gas natural en zona conurbada de Monterrey.


7-Agosto-2014; Monterrey, N.L. Una fuga de gas en el exclusivo sector Valle Oriente de San Pedro Garza García, en la zona metropolitana de Monterrey, causó alarma y dejó sin electricidad esa zona donde se ubican hoteles de lujo, centros comerciales, hospitales y los edificios más altos de la región. También quedó destruido el carril lateral de la avenida Lázaro Cárdenas.


















El Peje lo sabe


Así es hijos, Aiden Pierce esta entre nosotros y aunque las autoridades traten de negarlo, The Fox esta aquí. No se espanten si se siguen escuchando de misteriosas explosiones en tuberías (recuerdan las explosiones en el Zócalo), de carambolas por mal funcionamiento de semáforos. Las autoridades dirán que era gente ebria tratando de esquivar al alcoholimetro, (susurro) sabemos que fue The Fox.

Aseguramesta
Prepárate para caer Peña Nieto, ni tu implementación de leyes opresoras y terrorismo de estado, ni tu pinche sesgada manera de controlarnos bajo el ctOS con la Reforma en Telecomunicaciones van a detener al grupo de ciber-activistas conocido como DedSec. Así que a la mierda Telcel, America Movil, Salinas Pliego, Gortari y Carlos Slim. 




QUE REINE EL CAOS SEÑORES.