Trabajad, trabajad, proletarios, para aumentar la
fortuna social y vuestras miserias
individuales; trabajad, trabajad para que, haciéndoos
cada vez más pobres, tengáis más
razón de trabajar y de ser miserables. Tal es la ley
inexorable de la producción
capitalista.
Paul Lafargue
Se ha dicho mucho sobre el siglo XXI, sobre sus avances tecnológicos,
sus grandes pasos en cuanto a comunicación, redes sociales, acceso a la
información, medios y procesos médicos avanzados que parecen milagrosos. ¡Ay!
Han de decir del hombre que parece se emparenta cada vez más con esas deidades
a las que sigue alabando. Pero el hombre no ha cambiado en mucho, o en nada,
más si recurro a compararlo con deidades que siguen adorando.
Yo sigo viendo los mismos problemas de 1800 sobre el
trabajo. Y peor aún, hay leyes que protegen a los explotadores que ahora solo
son llamados empresarios y los esclavos que pasaron a ser obreros ahora son
empleados temporales o subcontratados ¿Qué diferencia existe entonces?
De que le sirve al hombre todas esas ventajas sobre la tecnología
que ha adquirido y desarrollado, si simple y llanamente seguimos sin ser
tratados como seres humanos. Ya no por terceros sino por nosotros mismos. A qué
sistema tan podrido y circular nos hemos entregado para matarnos 10 horas
diarias trabajando para consumir lo que no necesitamos y enfermarnos de algo
que nos seguirá reduciendo ingresos… “ingresos”.
Lo único que somos es esclavos, esa es la palabra. Esclavos
de una clase dominante que no necesariamente se llama burguesía. Estamos
podridos hasta el tuétano cuando se ve como una virtud el ser una persona “trabajadora”.
Como si el trabajo glorificara y peor aún, justificara nuestra existencia. Ese
es el pensar de los explotadores, de los autómatas. Que nacimos para trabajar,
sino para que. Mas cuando nos regodeamos dentro de los enceres del capitalismo
con sumo orgullo. Puesto que a mayor nivel adquisitivo mayor valor personal. Por
eso digo, que ya ni siquiera es necesario que una persona no nos vea como seres
humanos cuando nosotros mismos ya no percibimos que es ser uno.
Y ahora resulta que el ocio, el fruto del pensar —porque es
en el ocio cuando el hombre piensa— es un delito social. El ocioso se tiene hoy
por un parásito de la comunidad. Cuando es la comunidad misma la que está
podrida, alabando al Dios Todoasqueroso y explotador del progreso: el Trabajo.
Cherbuliez, lo dice claro: “Los
trabajadores, al cooperar con la acumulación de capitales productivos,
contribuyen por sí mismos al acontecimiento que, tarde o temprano, deberá
privarles de una parte de sus salarios.”
Hoy por hoy cada trabajador le es
robado parte del dinero que produce. Y bueno, producir es una palabra para
referirse a esto, ya que las ganancias netas percibidas por la mano del
trabajador son superiores al mísero salario recibido al cual aun se le restan
de él, prestaciones que debieran ser absorbidas por el empleador. Parecería una
simple cantidad, una minúscula porción, pero es ese dinero descontado para
pagar impuestos como el ISR (Impuesto sobre la renta), el Seguro Social (que de
social solo tiene la carencia de humanidad de la sociedad misma) y las Afores,
aportaciones al gobierno que termina convirtiendo en capital revolvente para
generar ganancias en base a la especulación financiera. Pero que se nos vende
por beneficio propio, realmente ¿es un beneficio propio?
Hemos alimentado un sistema
anquilosado ya no solo desde el punto de vista económico, como es el
capitalismo sino podrido también desde el lado humanista. Estas simples tácticas dentro del ambiente laboral
son solo el preámbulo de prácticas que rayan en la esclavitud y que pareciera a
veces —si es que nos las otorgasen— fuesen un favor. Existe ahora dentro de las
empresas una obsesión con la exactitud dentro de la que se engloba el tiempo.
Aun si un trabajador laborara una jornada de 10 horas pero hubiese llegado 15
minutos tarde a su jornada se le descontara dicho retraso. Cuando en relación a
su producción el descuento no es acorde. Aunado a eso, el tiempo como dije
parece una obsesión pues se les tiene medido el tiempo a los trabajadores para
ir al baño… si "ir al baño" y un tiempo delimitado y fijo para comer. Ahora
resulta que las necesidades básicas del hombre tienen que adaptarse a las
exigencias de una actividad que no respeta lo más esencial, lo humano. Y la cosa se pone peor
aun cuando el empleado llega a enfermase, como si de una maquina se tratase (recuerdo supongo de la idea industrial). Ya que no solo existen trabas sino
discriminación, vejaciones y atención deplorable en un sistema médico que
recibe millones de pesos y que no todos sus acreedores utilizan dicho servicio
por su conocido pésimo trato. Y todos estos atropellos por dos míseros
salarios mínimos que alcanzan cada vez para menos por los constantes aumentos
del precio de la canasta básica y de los combustibles fósiles.
Resulta irrisorio que la Secretaria
de Hacienda y Crédito Público culpe a la falta de productividad de los
empleados como origen de la pobreza. Según este órgano gubernamental, es por la
falta de productividad que uno persona es pobre.
Hoy por hoy, en este alabado siglo XXI los gobiernos
mundiales han cedido ante el pensamiento y las practicas de un grupo de
explotadores/caciques/señores feudales y peor aún, de un pensamiento monetario y cuantitativo sobre las cosas
que atropella sin miramientos los derechos del hombre.
Hoy los humanos debiésemos sentirnos agradecidos de ser empleados por un sistema explotador, de sobre contratación que evade los mínimos derechos del hombre, ya no por lógica sino los burdamente asentados en sus constituciones. Para ser un buen hombre hoy, en esta sociedad, ha de aspirarse a ser un robot autómata, uno que se encuentre conectado al flujo de información publicitaria de consumo y a su vez que suprima sus necesidades básicas en pos de bienes materiales. Y no solo eso, que no se queje de sus privaciones porque ya es considerado ocioso y es ahí donde surge la violencia contra el mismo hombre.
Hoy los humanos debiésemos sentirnos agradecidos de ser empleados por un sistema explotador, de sobre contratación que evade los mínimos derechos del hombre, ya no por lógica sino los burdamente asentados en sus constituciones. Para ser un buen hombre hoy, en esta sociedad, ha de aspirarse a ser un robot autómata, uno que se encuentre conectado al flujo de información publicitaria de consumo y a su vez que suprima sus necesidades básicas en pos de bienes materiales. Y no solo eso, que no se queje de sus privaciones porque ya es considerado ocioso y es ahí donde surge la violencia contra el mismo hombre.
Y como dije desde el principio, es un círculo vicioso que
alimenta no solo al sistema económico actual que se basa en el consumo y el
endeudamiento, sino ayuda a otros sectores que utilizan este mismo patrón
esclavista. Como lo son las áreas de explotación minera, de combustibles
fósiles. Que no solo pisotean al hombre como ser pensante sino que destruyen
a su vez, al único planeta del cual el humano se siente dueño. No, no solo a ese
sistema alimenta. Las grandes corporaciones que no contentas con explotar y
hacernos dependientes de su producción, envenenan nuestro cuerpo. ¿Qué alimento que consumimos realmente es completamente natural? ¿Cuáles de los
productos no tiene adherido edulcolorantes, glutamato monosódico, y cantidades
exorbitantes de azucares refinadas? Todo esto termina en traducirse a
enfermedades cardíacas, una epidemia creciente de diabetes, obesidad y con ella
sus innumerables padecimientos. Todo esto suena como un sueño conspiratorio mas,
pero piensa detenidamente solo esto:
-Realmente necesitas todo lo que compras.
-Crees que tu trabajo define tu personalidad.
-Crees que eres tu trabajo.
-Te queda tiempo para realizar actividades o tener tiempo de calidad con tu familia, después del trabajo.
-Hay algo sano natural dentro de lo que consumes.
-Crees que tu trabajo define tu personalidad.
-Crees que eres tu trabajo.
-Te queda tiempo para realizar actividades o tener tiempo de calidad con tu familia, después del trabajo.
-Hay algo sano natural dentro de lo que consumes.
-Que es lo que mayormente se exhibe en la televisión.
-Si no existiera el trabajo o no pudieras trabajar, pregúntate
cual es el sentido de vivir.
-¿Eres un ser humano?
-¿Qué es un ser humano?
El siglo XXI ha traído consigo sus mejoras pero también ha
expuesto la verdadera cara de la sociedad. Hoy es más fácil ver a gente
opinando y publicando estados y opiniones. Con este simple detalle es visible el grado
inexistente de pensamiento de cada individuo y su nulo uso de la gramática.

Pocos son los hombres con una consciencia real en lugar del egoísmo
consumista instalado por el capitalismo. Y aun hoy se preguntan por qué tanta
violencia y miseria, cuando es el hombre mismo el que “trabaja” sin descanso
por su “bienestar” sin importar los costes y repercusiones de los demás. El
hombre siempre será lobo para el hombre, como lo dijo Plauto. “Lupus est homo homini”.
Te apoyo con tristeza, como toda yo.
ResponderBorrar¿Usted alguna vez ha trabajado?
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